Adivino mira en su bola de cristal

El mundo del SEO ha sido, en gran medida, sinónimo de Google durante las últimas dos décadas. Desde su lanzamiento en 1998, Google ha transformado la manera en que accedemos a la información online, pasando rápidamente a dominar el ecosistema de los motores de búsqueda. Hoy en día, más del 92% de las búsquedas globales (en España su cuota de mercado se sitúa alrededor del 95%) se realizan a través de Google, según estadísticas recientes. Su algoritmo de búsqueda, que comenzó con la innovadora idea de PageRank, ha evolucionado constantemente, con actualizaciones significativas como Panda, Penguin, Hummingbird y, más recientemente, BERT y MUM, que han moldeado las estrategias de SEO a lo largo de los años.

El SEO, tal como lo conocemos hasta ahora, ha sido una mezcla compleja de optimización de contenido, creación de enlaces, mejorar el tiempo de carga del sitio web y la experiencia de usuario (ya no solamente para aquellos factores que se incluyen en el Core Web Vitals), optimizar los recursos de rastreo y la indexación… todo ello orientado a captar la atención de los algoritmos de Google y asegurar un posicionamiento favorable en sus páginas de resultados de búsqueda (SERPs). Para muchos negocios y creadores de contenido, conseguir posicionar sus URLs en la primera página de Google ha sido siempre la meta clave a la que aspirar, debido a que esta posición garantiza una mayor visibilidad y, con ello, tráfico orgánico altamente valioso.

Sin embargo, no siempre fue así. En los primeros días de Internet, a finales de los años 90 y principios de los 2000 (cuando aún la mayoría de los módems domésticos eran de esos a 28k, que hacían un ruido infernal al conectarse y disparaban la factura telefónica), existía una mayor diversidad de motores de búsqueda, como Yahoo, Altavista, Lycos y varios más, cada uno con su propia forma de rastrear y ordenar la información. Estos primeros competidores compartían un mercado más fragmentado, pero con el tiempo, Google logró superar a todos, estableciéndose como el jugador dominante debido a su precisión y su enfoque en la relevancia y calidad de los resultados.

 

gráfico cuota mercado Google vs otros buscadores en 2024

 

El nuevo paradigma

A pesar de este dominio histórico, el panorama del SEO está experimentando ahora un nuevo cambio significativo impulsado por la evolución de la inteligencia artificial (IA) y el surgimiento de motores de búsqueda conversacionales como ChatGPT. Si bien Google ha comenzado a integrar IA en sus algoritmos con tecnologías como RankBrain y BERT, los nuevos modelos de búsqueda conversacional basados en IA, como ChatGPT de OpenAI, están presentando una nueva forma de interactuar con la información. Estos motores no solo devuelven enlaces a páginas web, sino que generan respuestas completas, precisas y personalizadas para las consultas de los usuarios.

La llegada de estos motores conversacionales plantea preguntas cruciales para el futuro del SEO. Por ejemplo, ¿cómo cambiarán las reglas del juego para los profesionales del SEO cuando los usuarios ya no necesiten hacer clic en un enlace para obtener información? ¿Será ChatGPT, o tecnologías similares, un rival potencial para la hegemonía de Google, alterando el tráfico web orgánico tal como lo conocemos? Estamos, posiblemente, ante el inicio de una nueva era para las búsquedas en Internet, y los profesionales del SEO debemos prepararnos para adaptarnos a este nuevo paradigma.

 

Breve historia del SEO y de los motores de búsqueda

Antes de que Google se convirtiera en el gigante indiscutido de las búsquedas en Internet, el panorama era muy diferente. En los tiempos “pioneros” de Intenet, entre los años 90 y principios de los 2000, aparecieron los primeros motores de búsqueda, que competían por ganar relevancia y usuarios (además de alimentar la burbuja Dot-Com, pero esta ya es otra historia). Entre los nombres más importantes de esa época estaban Yahoo!, Altavista, Lycos y Excite (¡cuántos recuerdos!), cada uno con su propio enfoque y tecnología de rastreo.

Altavista, lanzado en 1995, fue uno de los primeros motores de búsqueda capaz de indexar una gran cantidad de URLs, lo que le dio una ventaja temprana en términos de cobertura y alcance. Yahoo!, que también debutó a mediados de los 90, comenzó como un directorio jerárquico de sitios web… ¡organizado manualmente! A medida que crecía, incorporó su propio motor de búsqueda, aunque inicialmente dependía de otros sistemas como el de Google.

Cada uno de estos motores tenía sus fortalezas y debilidades, y el SEO en esa época era mucho más rudimentario, ya que los motores clasificaban las páginas web principalmente por factores como la repetición de palabras clave y la inclusión en directorios (¿alguien en la sala ha dicho SPAM?).

El escenario cambió drásticamente con la llegada de Google en 1998. Fundado por Larry Page y Sergey Brin, Google introdujo una innovación radical: el algoritmo PageRank, que clasificaba las páginas web no solo por la cantidad de veces que una palabra clave aparecía, sino también por la calidad de los enlaces entrantes. Este enfoque revolucionario transformó la forma en que se ordenaba la información en Internet, priorizando la relevancia y la autoridad de las páginas.

En los años que siguieron, Google consolidó su posición a través de una serie de actualizaciones que continuamente mejoraron la calidad de los resultados de búsqueda y complicaron el proceso de SEO, empezando de hecho su guerra al web-spam, a los contenidos de baja calidad (thin content), a las prácticas de SEO black hat (especialmemte en relación al link building) y a todo lo que ahora se incluye en su algoritmo, para asegurar que los resultados que se devuelven en SERP se acerquen lo más posible a la intención de búsqueda de los usuarios.

Algunas de las actualizaciones más notables fueron:

  • Panda (2011): Esta actualización penalizó el contenido de baja calidad, como las “content farm” o “granjas de contenido” en castellano. Es decir, sitios web creados principalmente para obtener tráfico sin ofrecer valor real a los usuarios. Los sitios con contenido duplicado o de baja calidad vieron su posicionamiento afectado drásticamente, lo que obligó a centrarse en la creación de contenido único y de valor.
  • Penguin (2012): Penguin atacó las prácticas de “black-hat SEO”, como la compra de enlaces o la creación de backlinks artificiales. Esta actualización cambió la percepción sobre la importancia de los enlaces: ya no era solo una cuestión de cantidad, sino de calidad y relevancia (semántica, de autoridad de la fuente) de los enlaces entrantes.
  • Hummingbird (2013): Con Hummingbird, Google puso mayor énfasis en la comprensión semántica y el contexto de las consultas. Esto ayudó a que el motor de búsqueda fuera capaz de comprender las intenciones detrás de las palabras clave, favoreciendo respuestas más precisas incluso para consultas complejas.
  • RankBrain (2015): Como parte del impulso hacia la inteligencia artificial, Google implementó RankBrain, un sistema de aprendizaje automático que ayudaba a interpretar y procesar mejor las nuevas búsquedas, las que no se habían realizado nunca hasta el momento. Con esta tecnología, el motor de búsqueda mejoraba en la comprensión de consultas en lenguaje natural, especialmente aquellas que no coincidían exactamente con las palabras clave habituales.
  • BERT (2019) y MUM (2021): Con BERT, Google avanzó en el procesamiento del lenguaje natural, permitiendo al motor de búsqueda entender mejor el contexto completo de una consulta. Más recientemente, MUM (Multitask Unified Model) ha prometido una mejora aún mayor, permitiendo a Google entender no solo consultas más complejas, sino también integrar diferentes tipos de información (texto, imágenes, etc.) para ofrecer respuestas más completas.

 

timeline de las actualizaciones de Google

 

Este enfoque constante en mejorar la calidad de los resultados, combinado con la expansión de productos como Google Ads y Google Analytics, ha permitido a Google consolidarse como la principal plataforma de búsqueda, con más del 90% de cuota de mercado global, dejando a sus competidores como Bing, Yahoo y otros con participaciones muy marginales.

Hoy, el SEO no solo se basa en palabras clave y enlaces, sino en ofrecer una experiencia de usuario integral: desde la velocidad de carga del sitio hasta la accesibilidad móvil y la correcta maquetación de datos estructurados, sin olvidar la optimización del contenido y de los recursos de rastreo. El éxito de Google ha redefinido el SEO, y las actualizaciones constantes aseguran que los profesionales de la industria se mantengan en constante evolución. Sin embargo, con la llegada de tecnologías de búsqueda conversacional y la inteligencia artificial, el dominio de Google podría estar enfrentando nuevos desafíos que podrían cambiar una vez más las reglas del juego.

 

La llegada de la inteligencia artificial en los motores de búsqueda

La inteligencia artificial (IA) ya ha comenzado a transformar el SEO de manera significativa, especialmente a través de la implementación de algoritmos avanzados que mejoran la precisión y la relevancia de los resultados de búsqueda. Google ha sido pionero en la adopción de IA en sus motores de búsqueda, introduciendo una serie de algoritmos que han cambiado la manera en que se procesa la información y se posicionan las páginas web.

Ya mencioné con anterioridad a RankBrain, BERT y MUM, que impulsaron el aprendizaje automático, el procesamiento del lenguaje natural (NLP, por sus siglas en inglés) y la capacidad para procesar texto, imágenes e incluso video, y comprender consultas complejas que requieren múltiples capas de información.

Estos avances han redefinido las reglas del SEO, poniendo un énfasis creciente en la calidad, la profundidad (y la utilidad para el usuario) del contenido y la capacidad de abordar preguntas complejas. La IA no solo mejora la capacidad de Google para comprender las consultas, sino que también aumenta la competencia para aquellos que buscan posicionarse bien en las páginas de resultados de búsqueda.

Mientras que Google ha avanzado enormemente en la integración de la IA en sus algoritmos de búsqueda tradicionales, una nueva generación de motores de búsqueda conversacionales, liderados por tecnologías como ChatGPT, está empezando a cambiar radicalmente la forma en que los usuarios interactúan con la información en línea. A diferencia de los motores de búsqueda tradicionales, que devuelven una lista de enlaces organizados por relevancia, estos motores basados en IA generan respuestas completas y detalladas, similares a las interacciones humanas.

SearchGPT (de momento en fase prototipo), por ejemplo, se basa en modelos avanzados de procesamiento del lenguaje natural (NLP) y aprendizaje profundo (deep learning), como los que usa OpenAI en su GPT-4. Estos motores no solo comprenden las consultas en lenguaje natural, sino que también pueden mantener conversaciones continuas con los usuarios, comprendiendo el contexto y ofreciendo respuestas más dinámicas y detalladas. Aquí radica la principal diferencia con los motores de búsqueda tradicionales: en lugar de requerir que el usuario refine su búsqueda con varias consultas diferentes o haga clic en múltiples enlaces para encontrar la información deseada, los motores de búsqueda conversacionales pueden generar una respuesta directamente en la misma interfaz.

La capacidad de estos motores para comprender y generar respuestas basadas en lenguaje natural es clave. Mientras que Google puede responder a consultas específicas, los motores conversacionales son capaces de mantener un diálogo continuo, aprendiendo del contexto de preguntas anteriores y ajustando sus respuestas en función de la interacción. Esta capacidad para proporcionar una respuesta más “humana” y adaptativa podría redefinir cómo los usuarios esperan obtener información.

Los motores conversacionales como ChatGPT (que supuestamente servirá de base para SearchGPT) no solo dependen de datos estructurados (como lo hacen en parte los motores tradicionales), sino también de enormes cantidades de datos no estructurados que les permiten ofrecer respuestas mucho más amplias y personalizadas. Esto significa que el motor no solo responde preguntas, sino que también puede anticipar necesidades, aclarar dudas adicionales, o proporcionar recomendaciones basadas en la conversación. Para los usuarios, esto significa una búsqueda más eficiente y menos dependiente de navegar por múltiples sitios web.

La llegada de estos motores conversacionales plantea un desafío fundamental para los motores de búsqueda tradicionales como Google. Aunque Google sigue liderando el mercado, motores como ChatGPT representan una disrupción potencial.

Actualmente se estima que ChatGPT recibe algo más de 600 millones de visitas al mes (se desconoce el total de interacciones), aunque otras fuentes (como SimilarWeb) sitúan en 260 millones las visitas mensuales que recibe chat.openai.com. De todos modos, muy lejos de los 82 mil millones de visitas que recibe Google (a las que se suman otros 32 mil millones de visitas hacia YouTube).

Pero, si los usuarios empiezan a preferir respuestas inmediatas, sin necesidad de hacer clic en múltiples enlaces, los modelos tradicionales de SEO y la competencia por el tráfico web podrían verse profundamente alterados. Para los profesionales del SEO, esto implica un posible cambio radical en la estrategia: la optimización ya no se centrará solo en estar entre los primeros resultados, sino en asegurar que el contenido pueda ser seleccionado y utilizado por estos motores conversacionales en sus respuestas directas.

En resumen, la integración de la IA en los motores de búsqueda ya está teniendo un impacto significativo en la forma en que se realiza SEO. Sin embargo, la llegada de motores conversacionales como SearchGPT introduce una nueva dinámica en la que los clics en enlaces pueden dejar de ser el objetivo principal, mientras que la generación de respuestas más completas y personalizadas se convierte en el nuevo estándar.

 

¿Cómo cambian los motores de búsqueda conversacionales el paradigma del SEO?

Los motores de búsqueda conversacionales, como ChatGPT, Perplexity, Copilot y otros, están transformando la forma en que los usuarios interactúan con los resultados de búsqueda, ofreciendo una experiencia más fluida, personalizada y directa.

Como he dicho, la clave de esta transformación radica en la naturaleza interactiva de estos motores y en que los usuarios pueden refinar sus preguntas en tiempo real, manteniendo una conversación que evoluciona en función de sus necesidades.

Este cambio a una experiencia conversacional y personalizada también afecta las expectativas de los usuarios, no solamente a la forma de trabajar de los que nos dedicamos al SEO. En lugar de obtener múltiples opciones de sitios web, se espera una respuesta única y más exhaustiva desde el principio. Esto cambia el flujo de búsqueda al poner énfasis en la calidad de la respuesta en lugar de la cantidad de opciones disponibles, lo cual tendrá implicaciones profundas para el SEO.

No creo que sea algo inmediato, pero sí que es algo hacia lo que estamos yendo inevitablemente, y con la transición hacia motores de búsqueda conversacionales, el enfoque del SEO también se verá alterado y una vez más, el viejo lema del SEO seguirá siendo actual: content is king.

Aunque el algoritmo conversacional genera respuestas en lugar de listar sitios, creo que seguirá habiendo un filtro basado en la autoridad de la fuente. Los motores buscarán fuentes confiables y relevantes para nutrir sus respuestas. Por lo tanto, el expertise, experiencia, autoridad y confianza (E-E-A-T) sigue siendo crucial en este nuevo escenario, ya que los motores necesitan nutrirse de contenido altamente confiable para ofrecer respuestas precisas y válidas.

Para los creadores de contenido, esto significa que la calidad y especialización se volverán más importantes que nunca. En lugar de crear contenido optimizado únicamente para aparecer en los primeros puestos de las SERPs, el foco será ofrecer respuestas completas que se adapten al flujo de la conversación y cubran múltiples ángulos de un tema. El SEO del futuro podría implicar, más que nunca, una inversión en contenido de alta calidad, más enfocado en responder preguntas que en acumular clics.

Una de las preguntas que considero más intrigantes sobre el futuro del SEO es cómo los motores de búsqueda conversacionales cambiarán las SERPs tradicionales. Actualmente, las SERPs (páginas de resultados de búsqueda, o “Search Engine Result Pages” en inglés) muestran una combinación de resutados orgánicos, anuncios de pago (Google Ads), snippets de diferentes tipos, y otras formas de resultados enriquecidos (como resultados de imágenes, videos, o knowledge panel).

Si los motores de búsqueda conversacionales comienzan a dominar, podríamos ver una disminución en la relevancia de las SERPs como las conocemos hoy. En lugar de una lista de snippets, los usuarios recibirán respuestas completas directamente en la interfaz de búsqueda, lo que podría reducir la visibilidad de los resultados orgánicos tradicionales y poner más énfasis en fragmentos de respuestas o extractos breves y directos.

En ese sentido Google ya ha comenzado a ofrecer respuestas instantáneas con sus featured snippets, que son bloques de texto que intentan responder rápidamente una pregunta sin necesidad de hacer clic en un enlace.

 

ejemplo de featured snippet

 

Los motores conversacionales llevan esta idea más lejos, ya que generan una respuesta compuesta que podría reunir información de múltiples fuentes. Esto podría significar que los snippets se conviertan en la norma, no solo en Google, sino también en otros motores de búsqueda, limitando la necesidad de navegar por múltiples páginas para encontrar respuestas.

El impacto para los creadores de contenido es claro: aunque el tráfico proveniente de los SERPs tradicionales podría disminuir, la optimización para snippets conversacionales se volverá crucial. El contenido que se destaca por su claridad, concisión y capacidad para responder preguntas específicas tendrá mayores posibilidades de ser utilizado por los motores en sus respuestas conversacionales.

Uno de los mayores cambios que podrían derivarse de la adopción generalizada de motores conversacionales es la disminución del tráfico orgánico tradicional. En el modelo actual, el tráfico web proviene principalmente de usuarios que hacen clic en enlaces en los resultados de búsqueda. Sin embargo, si los motores de búsqueda conversacionales resuelven las preguntas del usuario directamente en la interfaz, se reduce la necesidad de hacer clic en los enlaces.

Los usuarios ya no tendrían que hacer clic en varios enlaces para encontrar la información que necesitan, ya que los motores conversacionales pueden ofrecer una respuesta instantánea y contextualizada. Esto plantea un desafío para los sitios web que dependen del tráfico orgánico para obtener ingresos publicitarios, ya que es posible que una porción significativa de este tráfico se desvanezca.

Esto también va a tener una implicación importante en las métricas que tradicionalmente se han utilizado como KPI y para generar reports y dashboards. Tradicionalmente, el éxito en SEO se ha medido en términos de tráfico (ya fuera cantidad o calidad de las visitas, mejoras de la posición media de keywords estartégicas, etc.), y conversión. En el futuro, sin embargo, el enfoque podría cambiar hacia la visibilidad dentro de los motores conversacionales y la capacidad de un sitio para aparecer como fuente de información clave, incluso si eso no genera un clic directo. Esto sugiere que los indicadores clave de rendimiento (KPIs) del SEO podrían evolucionar para incluir métricas como interacciones de marca en motores de búsqueda o la frecuencia con la que un sitio es utilizado como fuente de respuestas, algo parecido a la actual métrica de impresiones que proporciona Search Console (es decir, las veces que una URL ha aparecido en Google, independientemente de la posición media y de si ha generado una interacción).

 

captura de Google Search Console

 

¿El fin del reinado de Google?

Durante más de dos décadas, Google ha mantenido una hegemonía casi absoluta en el mercado de los motores de búsqueda, controlando más del 90% de las búsquedas globales, gracias a su algoritmo innovador, su constante evolución con IA, y su capacidad para ofrecer resultados cada vez más relevantes y ajustados a las necesidades del usuario. Sin embargo, con la llegada de la IA conversacional, estamos comenzando a presenciar una transformación que podría romper este monopolio y diversificar nuevamente el mercado de las búsquedas, como en los primeros días de Internet.

La IA conversacional ha comenzado a cambiar el enfoque del mercado, y con ello, podría desatarse un escenario más plural en cuanto a los actores de búsqueda, similar a lo que ocurrió en la web de los 90. Los usuarios ya no están limitados a las páginas de resultados tradicionales (SERPs) de Google, sino que pueden interactuar directamente con motores de búsqueda conversacionales que responden de manera rápida y precisa. Esto plantea la posibilidad de que los usuarios comiencen a buscar alternativas más avanzadas, diversificando sus hábitos de búsqueda.

A diferencia de Google, cuyo modelo de negocio está altamente ligado a la publicidad en sus resultados de búsqueda, los motores de búsqueda conversacionales pueden ofrecer nuevas formas de monetización, basadas en suscripciones o servicios personalizados, lo que podría hacerlos atractivos tanto para usuarios como para empresas. Este cambio podría reconfigurar el ecosistema de las búsquedas, abriendo oportunidades para actores emergentes que apuesten por la IA como ventaja competitiva.

Si bien Google sigue siendo el líder indiscutible en términos de cuota de mercado, existen varios jugadores emergentes que están utilizando la inteligencia artificial para desarrollar motores de búsqueda conversacionales que podrían cambiar el panorama. Estos nuevos actores no solo ofrecen alternativas, sino que están innovando con el uso de IA avanzada, lo que podría fragmentar aún más el mercado y, potencialmente, posicionarlos como competidores serios. Además de OpenAI, con su ChatGPT y, proximamente, SearchGPT, otros competidores “históricos” de Google, que ya le acompañan en el círculo exclusivo de las “Magnificent Seven” en el mercado bursatil, podrían quitarle cuotas de mercado en el ámbito de las búsquedas.

Aunque históricamente ha sido un competidor secundario, Microsoft ha intensificado su apuesta con la integración de OpenAI en sus productos, impulsando el desarrollo de Bing con ChatGPT. Este movimiento busca integrar la IA conversacional directamente en la experiencia de búsqueda de Bing, haciendo que el motor sea más interactivo y orientado a resolver consultas en lugar de mostrar enlaces. Microsoft está posicionando a Bing como una alternativa centrada en la personalización y el acceso a información precisa sin necesidad de navegar por múltiples resultados, algo que ya ha comenzado a captar la atención de usuarios que buscan una experiencia diferente a la ofrecida por Google.

Aunque no ha lanzado su propio motor de búsqueda a gran escala, Apple ha hecho movimientos importantes en los últimos años, invirtiendo en tecnología de IA y desarrollo de algoritmos de búsqueda para mejorar su asistente virtual, Siri, y el motor de búsqueda que utiliza para ofrecer resultados en el ecosistema de Apple. Con su enfoque en la privacidad y la integración fluida de dispositivos, Apple podría estar en posición de incorporar IA conversacional y crear una experiencia de búsqueda completamente nueva para su base de usuarios.

Empresas como Amazon y Meta (Facebook) también están invirtiendo en tecnologías basadas en IA, como asistentes virtuales y sistemas de recomendación avanzados, que, aunque no son motores de búsqueda en el sentido tradicional, podrían transformarse en nuevos espacios de búsqueda. Amazon, por ejemplo, ya domina la búsqueda de productos, y con IA, podría expandir su capacidad para resolver consultas más amplias, transformando cómo buscamos información relacionada con bienes y servicios.

La pregunta central es si alguno de estos actores podría desbancar a Google como el líder dominante en el mercado de búsquedas. Si bien es difícil imaginar una ruptura total del monopolio de Google a corto plazo, las tendencias indican que el paradigma de búsqueda está cambiando rápidamente. El crecimiento de la IA conversacional ofrece nuevas oportunidades para que otros jugadores diferencien su propuesta de valor, enfocándose en una experiencia de búsqueda más adaptativa, eficiente y personalizada.

Otra posibilidad es que los motores de búsqueda tradicionales evolucionen hacia modelos híbridos, combinando su enfoque en enlaces y SERPs con funciones conversacionales avanzadas. Google, por ejemplo, ya está invirtiendo fuertemente en mejorar sus capacidades de IA y, con sus recursos y alcance, es probable que también incorpore motores conversacionales en su ecosistema para seguir compitiendo en este nuevo panorama.

 

Cómo afectará este cambio a los que nos dedicamos al SEO

Con la llegada de los motores de búsqueda conversacionales y la inteligencia artificial, las estrategias SEO tradicionales deberán adaptarse para mantenerse relevantes.

Si con los motores de búsqueda conversacionales las búsquedas serán más naturales y contextuales, la búsqueda de palabras clave deberá centrarse en entender la intención del usuario y no tanto en individuar palabras clave exactas (algo que ya ocurre con el NLP). El foco se moverá hacia la necesidad de cubrir temas amplios que respondan a preguntas complejas. Por ejemplo, en lugar de optimizar para términos como “mejor restaurante de sushi”, el enfoque podría ser hacia crear contenido que responda preguntas más detalladas, como “¿Dónde puedo encontrar el mejor sushi en mi ciudad?”.

Por lo tanto, el contenido seguirá siendo el rey, pero con un cambio significativo en el enfoque. Se tratará de crear contenido que realmente responda a las preguntas de los usuarios de manera precisa y contextualizada. Además, es probable que aumente la demanda de contenido altamente especializado, dado que las IA tienden a preferir información que proviene de fuentes expertas y bien documentadas (algo que va en línea con la tendencia marcada por Google E-E-A-T).

Probablemente la optimización on-page “tradicional”, tanto técnica, así como semántica, seguirán siendo importantes, pero se necesitará un ajuste para satisfacer las nuevas demandas de los motores conversacionales. La estructura de URLs clara y la jerarquía lógica del contenido serán claves para que las IA puedan comprender y extraer respuestas efectivas.

A medida que los motores de búsqueda se vuelven más conversacionales, los profesionales del SEO posiblemente tendremos que desarrollar nuevas habilidades que complementen esta evolución tecnológica. Esto incluye no solo la optimización de contenido para la IA, sino también una mayor comprensión de cómo las interacciones basadas en el procesamiento del lenguaje natural (NLP) y el aprendizaje profundo afectan la búsqueda.

Me imagino que, al cambiar la forma con la que los usuarios realicen sus búsquedas, también cambiarán las herramientas de análisis, con la que aparecerán nuevas features en Ahrefs, Semrush y en las demás herramientas que nos acompañan en nuestro día a día. Además, los profesionales del SEO tendremos que familiarizarnos con métricas nuevas y será importante aprender a interpretar estos datos… lo que significa realizar mucha actividad “evangelizadora” con los clientes, para transmitir ese cambio de paradigma. Seguro que a muchos de los que nos dedicamos a la consultoría, os sonarán cosas absurdas, como clientes que en 2024 aún piden que se utilice el meta keyword o que te reenvían un mail que le ha llegado, de algún proveedor que le garantiza el “número uno en Google” al contratar el listing en su directorio.

Por supuesto que el SEO técnico seguirá siendo una piedra angular para garantizar que los sitios web sean accesibles y comprensibles para los motores de búsqueda, y de hecho creo que cobrará cada vez más peso e importancia. Aunque el contenido sigue siendo fundamental, los aspectos técnicos, como la estructura de datos, la accesibilidad y la velocidad de carga, jugarán un papel aún más importante, especialmente a medida que los motores conversacionales se apoyen en la capacidad de comprender y navegar eficientemente por un sitio.

En resumen, los SEO deberán adaptarse no solo aprendiendo nuevas habilidades, sino también optimizando su contenido y sitios web para un mundo en el que las máquinas entienden, interpretan y responden a las consultas de los usuarios de una manera más humana y directa.

 

cartel Terminator 1984

 

Teorías y predicciones sobre el futuro del SEO: ¿más técnico o más creativo?

Una de las grandes incógnitas sobre el futuro del SEO en un entorno dominado por la inteligencia artificial es si este será más técnico o más creativo. Ambas direcciones tienen un peso considerable en el desarrollo del SEO, pero la naturaleza de los motores de búsqueda conversacionales plantea una nueva perspectiva.

Por un lado, con el auge de las IA avanzadas, es probable que el SEO se vuelva más técnico, ya que las IA requieren datos estructurados y una arquitectura web clara para entender y clasificar la información de manera eficiente. Sin embargo, también existe una fuerte tendencia hacia un SEO más creativo. Las IA conversacionales tenderán a favorecer contenido que proviene de fuentes confiables y que demuestre un conocimiento profundo del tema, lo que significa que el storytelling y la creación de contenido único y original se volverán más valiosos.

Por tanto, me aventuro a pronosticar que el futuro del SEO probablemente será una fusión de ambos enfoques, creando una auténtica sinergia entre SEO y IA.

A medida que las IA continúan avanzando, las herramientas basadas en IA están comenzando a ser vistas no solo como competencia, sino como aliadas clave para los profesionales del SEO. Ya estamos viendo cómo los generadores de contenido impulsados por IA, incluido el propio ChatGPT, pueden ayudar en la creación y optimización de contenidos, ofreciendo soluciones más rápidas y eficientes. Estas herramientas pueden servir como asistentes creativos, apoyando en el proceso de generación de contenido, ayudando a producir borradores iniciales, sugerir mejoras de estilo y adaptar el contenido para satisfacer mejor la intención de búsqueda del usuario. Aunque, por lo menos de momento y creo que también en futuro, la creatividad humana sigue siendo insustituible para crear contenido verdaderamente original y persuasivo, las IA pueden ayudar a acelerar el proceso de producción de contenido optimizado.

Las IA también se están utilizando para procesar grandes cantidades de datos, y herramientas como SEMRush y Ahrefs, integrarán cada vez más estas tecnologías y posiblemente llegarán a ser capaces de realizar análisis predictivos, algo que ya se está aplicando en otros ámbitos y que stimo que llegará también al SEO y, en general, al marketing digital.

Interesante también será el papel que los motores de búsqueda conversacionales tendrán en una cuestión clave en el debate sobre el futuro del SEO: el equilibrio entre la personalización de las búsquedas y la protección de la privacidad del usuario. Los motores de búsqueda ya tienen una alta capacidad de ofrecer resultados hiperpersonalizados, adaptándose a las preferencias, hábitos y comportamientos de los usuarios, lo que ayuda a mejorar enormemente la relevancia y utilidad de los resultados de búsqueda (un caso muy obvio es el feed de Youtube, que sugiere vídeos basados en interés y en el historial de búsquedas). Sin embargo, esta personalización se basa en la recopilación de datos personales, lo que plantea preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de los datos.

Curiosamente, la IA también puede ser parte de la solución a este problema. Algunas herramientas de IA se están desarrollando para permitir una personalización sin la necesidad de recopilar grandes cantidades de datos personales. Por ejemplo, algoritmos locales que procesan datos en el dispositivo del usuario, en lugar de depender de servidores externos, pueden ofrecer resultados personalizados mientras preservan la privacidad.

Todo esto tendrá un efecto importante en la recopilación de datos, que ahora tantos dolores de cabeza proporcionan con datos sesgados y muy diferentes entre herramientas (el clásico: Google Search Console vs GA4), debido a cookies, bloqueadores de anuncios, etc.

 

The times are a-changin’… ¡nada nuevo bajo el sol!

Si algo tiene de bueno (tiene mucho de bueno) dedicarse a esta profesión, es que los profesionales del SEO estamos acostumbrados a tener que adaptarnos al cambio, ya que Google en este sentido nos ha curtido, planteandónos infinidad de retos a lo largo de los años.

Es posible que la IA conversacional esté a punto de transformar de forma contundente la manera en la que los usuarios interactúen con las herramientas de búsquedas (digo “las”, porque sí que creo que Google cederá cuotas de mercado), pero este cambio también traerá oportunidades para quienes se dedican al SEO, ya que la optimización ya no dependerá únicamente de los factores tradicionales, sino también de la capacidad de entender y adaptarse a las IA que interpretan las consultas de los usuarios de manera más compleja y contextual.

Por supuesto será muy importante mantenerse actualizados, ya que la tecnología de la IA y las tendencias de búsqueda evolucionan rápidamente. De la misma manera, tener un enfoque más holístico, que incluya la optimización para motores conversacionales y la estructuración técnica avanzada del sitio web, será fundamental.

Ahora, para ti, lector que has llegado hasta este punto: a medida que el SEO se vuelva más complejo, contar con un profesional experimentado en SEO será más valioso que nunca. La capacidad de interpretar datos, anticiparse a los cambios del algoritmo y optimizar tanto a nivel técnico como estratégico será crucial para mantenerse competitivo en este nuevo entorno. Si estás buscando un profesional que te ayude a navegar estos cambios, es importante contar con un experto en SEO que entienda la evolución del sector y pueda guiarte a través de esta transformación. ¿Hablamos?

Paolo Dossena

¡Hola! Me llamo Paolo Dossena y soy un consultor freelance de marketing digital afincado en Barcelona desde 2005. Llevo más de 15 años dedicándome al SEO, la analítica web y la adquisición digital. Durante este tiempo he trabajado en importantes empresas y agencias digitales, gestionando equipos y coordinando complejos proyectos internacionales, además de trabajar paralelamente como consultor.