el mito de los 200 ranking factor de google

¿Es cierto que el algoritmo del gigante de Mountain View se basa en 200 factores para determinar el posicionamiento de una página web?

El mito de que el algoritmo de Google se base en más de 200 factores de posicionamiento empezó a tomar vida en 2006, cuando Alan Eustace, en aquel momento vicepresidente senior de la empresa, mencionó en un comunicado de prensa que el algoritmo de Google utiliza más de 200 factores de posicionamiento para determinar la clasificación de los sitios web.

Como curiosidad, que sepáis que Alan Eustace, además de difundir ese rumor en la industria del SEO, es famoso por haber batido en 2014 el récord de salto desde la estratosfera, realizando el 24 de octubre de aquel año un salto en caída libre desde 41,42 km de altitud, batiendo así el récord mundial que hasta entonces detenía el famoso Felix Baumgartner.

Volviendo a nuestros factores de posicionamiento, si bien esa afirmación di Eustace transmitió al público en general la complejidad del algoritmo, también contribuyó a fijar en la idea colectiva de muchos expertos de SEO el concepto que Google tiene “200 o más factores de posicionamiento”.

Si por un lado esta afirmación no es incorrecta, por otro lado esta aproximación está muy lejos del número real de elementos que el algoritmo de Google tiene realmente en cuenta a día de hoy.

Cuatro años más tarde, en 2010, Matt Cutts (en aquel entonces jefe de departamento contra el spam de Google y figura célebre en la industria) desmintió el mito de los factores de posicionamiento aclarando que el motor de búsqueda es mucho más complejo que eso.

Cutts explicó que cada uno de los 200 factores tiene 50 variaciones, lo que da como resultado 10.000 señales que el algoritmo de Google comprueba para clasificar los sitios web.

Unos años más tarde, en 2016, Google anunció oficialmente que los tres factores de posicionamiento más importantes son el contenido, los enlaces y RankBrain y aunque otros factores pueden influir en las clasificaciones, estos tres se consideran de los más cruciales.

Ahora, todo el mundo conoce el lema “content is king”. Si bien se podría afirmar que al ser Google un buscador semántico, es evidente que el contenido va a ser el alimento principal para que el algoritmo pueda evaluar la calidad de una página, es quizás un poco excesito decir que “el contenido es el rey”.

Simplemente porque entre los factores de posicionamiento no hay un rey.

Uno de los mantras de los “experto” de la industria es la importancia de ir agregando contenido a su sitio web de manera constante. Muchos expertos SEO sugieren como regla general, que debería añadirse nuevo contenido a un sitio web como mínimo una vez a la semana.

La verdad es que no hay ningún estudio que respalde esta afirmación y de como esto ayude al SEO. Es más, si se piensa bien, tampoco tiene ninguna lógica, ya que no todos los sitios web son iguales y por lo tanto no pueden tener una estrategia de contenido que tenga una base común basada en la frecuencia de publicación.

Además, todos estamos de acuerdo en que es mejor la calidad frente a la calidad (podría ser el equivalente SEO del refrán “comprar barato es comprar dos veces”).

La única estrategia que ha sido probada y demostrada es que si, dentro del marco de una estrategia de contenido basada en la generación de artículos o landing pages de calidad (es decir, que resulten ser útiles para el usuario y que cumplen con la función de contestar a la query de búsqueda realizada), se trabajan todos los aspectos vinculados con el contenido (estructura, indexabilidad, vinculación con otros contenidos a través de enlazado interno, etc.), entonces sí, el contenido puede ser una pieza clave para conseguir tráfico orgánico.

No se trata simplemente de producir artículos cada vez más extensos (otro mito… el de que los artículos deben de tener un número mínimo de palabras) para conseguir tráfico, sino de escribir contenido que sea SEO friendly para los buscadores (es decir, que lo puedan rastrear e indexar correctamente… un concepto que merecería otro artículo para que se pueda explicar en detalle) y para los usuarios (simplificando, que responda a su búsqueda).

De ese listado oficial de 2016 (contenido, enlaces y RankBrain) nos quedan los links y RankBrain… ¡y los ocho años que han pasado desde entonces hasta hoy!

Brevemente, el perfil de enlace de un sitio web es un factor externo que proporciona a Google mucha información acerca de la autoridad de un dominio.

El objetivo debería ser el de construir un perfil de enlace que sea “sólido” y coherente, en relación con una cantidad de métricas que también merecerían un artículo a parte.

El link building (o link acquisition… o el nombre que le quieras dar) es una práctica tan común así cómo tan mal ejecutada en la gran mayoría de casos (esto lo puedo afirmar por la increíble cantidad de casos de perfiles de enlaces espameados que me he encontrado en los años que llevo dedicándome al SEO).

La mayoría de “expertos SEO” no sabe cómo construir enlaces de la manera correcta, con lo que hay que ir con sumo cuidado cuándo os propongan realizar una campaña de link building (especialmente si este servicio se ofrece sin que esté respaldado por otras acciones, como por ejemplo la generación de contenido).

Aunque se prevé (o más bien, se supone, ya que Google no ha confirmado ni desmentido estos rumores) que el peso de los enlaces externos dentro del algoritmo de Google bajará en los próximos años, es cierto que hoy en día sigue siendo un elemento sumamente importante (especialmente en entornos muy competitivos).

Finalmente, para terminar de hablar de estos “magníficos tres”, está RankBrain. Pero, ¿qué es RankBrain?

Google RankBrain es un algoritmo de aprendizaje automático (IA), cuyo uso fue confirmado por Google en 2015, que ayuda a comprender las consultas de búsqueda y a ofrecer resultados relevantes.

RankBrain analiza cómo interactúan los usuarios con los resultados de búsqueda y aprende de ellos para mejorar las búsquedas futuras. Esto representa un cambio histórico, ya que ha permitido pasar de una codificación exclusivamente manual del algoritmo de Google a realizar ajustes determinados de manera automática en base a una infinidad de factores que RankBrain tiene en cuenta dependiendo de la palabra clave (query) de búsqueda.

RankBrain actúa aumentando o disminuyendo la importancia de los (¿cientos? ¿miles?) factores que componen su algoritmo (enlaces, autoridad del dominio, análisis de contenido, etc.) y en base a esto observa cómo interactúan los usuarios de Google con los nuevos resultados de búsqueda.

En base a los resultados, RankBrain mantiene los cambios aplicados o vuelve al algoritmo anterior. En resumen, ayuda a Google a saber lo que realmente interesa a los usuarios tras realizar una determinada búsqueda, generando la mejor SERP posible.

Por esta razón, si buscas “personaje de tira cómica que siempre llevaba una manta”, Google ahora es capaz de entender a que estamos buscando a Linus, aunque no mencionemos su nombre.

Linus van Pelt

Desde su implementación en 2015, en la que RankBrain se utilizaba para menos del 15% de las consultas realizadas, este algoritmo basado sobre machine-learning y análisis del lenguaje natural (natural language processing, o NLP en su acrónimo en inglés) ha cobrado cada vez más importancia, incluyendo nuevos elementos, como por ejemplo EEAT (que a su vez, incluye en los cuatro pilares “Experience, Expertise, Authoritativeness, and Trustworthiness”, es decir, “Experiencia, competencia, autoridad y fiabilidad”, una gran cantidad de sub-factores).

En definitiva, podemos afirmar que si bien nadie conoce el número exacto de factores de posicionamiento en el que se basa el algoritmo de Google (sospecho que a día de hoy, ni los propios ingenieros de Google nos podrían dar una respuesta satisfactoria), existen algunos pilares (SEO semántico, SEO técnico y SEO off-page, en particular modo relacionado con el perfil de enlaces) que “mandan” y rigen el núcleo del algoritmo de Google y que pero, a su vez, se componen de una miríada de otros factores.

Paolo Dossena

¡Hola! Me llamo Paolo Dossena y soy un consultor freelance de marketing digital afincado en Barcelona desde 2005. Llevo más de 15 años dedicándome al SEO, la analítica web y la adquisición digital. Durante este tiempo he trabajado en importantes empresas y agencias digitales, gestionando equipos y coordinando complejos proyectos internacionales, además de trabajar paralelamente como consultor.